El problema de las playas y del manejo y conservación del litoral

Mar del Plata, elegida como el principal destino de playa de América del Sur

En la entrega anual de los World Travel Awards 2013, que se llevó a cabo en el Templo Huaca Pucllana de la ciudad de Lima, Perú, Mar del Plata fue elegida por directores ejecutivos de las principales agencias de viajes, ministros del área, jefes de la junta de turismo de todo el continente y público como el "Principal destino de playa de América del Sur".

De esta ceremonia participa la élite de la industria turística, incluidos; a este evento de Gala se lo conoce como el "Oscar de la industria de viajes". Los World Travel Awards celebran su 20 Aniversario este año y son reconocidos mundialmente como el más importante galardón que celebra aquellas marcas que están superando las fronteras de la excelencia en la industria a nivel de productos y servicios.

Este año, Mar del Plata compitió con destinos como Isla Bartolomé, en Galápagos, Ecuador; Fernando de Noronha, Brasil; Ipanema, Brasil; Playa El Agua en la Isla Margarita, Venezuela; Isla San Andrés, Colombia; Playa Tayrona, Colombia; y Viña del Mar, Chile.

Lo importante de esta noticia es que las playas peruanas brillan por su ausencia.
¿Por qué ocurre que nadie tiene esta tarea como importante? Ni las municipalidades, ni la empresa privada.
Esta es tarea de un plan urbano y este no existe. Aquí se concertan esfuerzos y voluntades. Aquí se ve la potencia de la sociedad fuera de las declaraciones líricas y sin utilidad de muchos que recientemente se tornan opinilogos.

Hoy día una sociedad que no es capaz de enfrentar este reto de preservar su litoral y defenderlo y conservarlo muestra que está enferma y que al no ser competitiva cada día se torna más débil.

La pelea estéril de las municipalidades en la costa verde es una muestra más de esta sinrazón. Basta este nombre para percibir el acento de burla que conlleva. Se ha convertido en coto de caza de la empresa privada con el único fin de apropiarse también de terrenos que siempre han estado abandonados.

Los arquitectos que han venido interviniendo han desarrollado propuestas maniqueas que ni siquiera han paliado la contaminación que crece sin control y el uso negativo que se le viene dando al seguirse permitiendo ilegalmente construcciones, fuera de la destrucción de las mismas playas y de la contribución a la pérdida del recurso de las olas con la alteración de las mareas.

 En lo que sí han acertado es en convertirla en un nuevo nudo gordiano de tráfico que por ineptitud se cree que es la solución del tráfico en Lima.

Ni plan urbano de la ciudad por miedo al factor de la protesta de los intereses en el transporte y por ineptitud de percibir que este es un nuevo problema social que no puede resolverse con obras físicas, ni con dibujitos que pintan blancuras por venir. Aquí está ausente una filosofía concertada frente a lo que implica el litoral para la ciudad y cómo se debe gerenciar en democracia y no en cenáculos sectarios.

Por esto no están entre las playas elegidas. Las otras fuera de las de Lima, son un coto de caza de la sinrazón y de la inoperancia, y son muestra de la apatía endémica para con ellas.

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