Dr. Gustavo Flores Quelopana
INTROITO.
Toda auténtica educación es Humanismo, escuela que sólo instruye no humaniza y no cumple la elevada misión de la educación. Ser educador no es ser portador de un saber sino en primer lugar de una forma de ser. Y aunque la palabra humanismo sea un vocablo ambiguo, lo que aparece claro es que quien lo pronuncia compromete toda una metafísica siempre y cuando tienda esencialmente a hacer al hombre más verdaderamente humano desarrollando las virtualidades en él contenidas para convertir las fuerzas del mundo físico en instrumento de su libertad. La historia y el mundo son de una ambivalencia radical; representan tanto una marcha hacia el reino del bien como hacia el reino mal. Esta ambivalencia radical ha afectado también a la historia misma del humanismo.
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